domingo, 13 de enero de 2013

Prespectiva de monja
En este VIDEO de apoyo a Chávez, la monja Teresa Forcades, famosa por criticar la vacuna del papiloma, dice que el mandatario "ha puesto en riesgo la vida biológica por el sentido de la vida plena"
Me he tragado los trece minutos que dura el video citado de esta monja salvadora, escuchando un discurso estúpido, lleno de visiones infantiles y demagógicas afirmaciones sobre dios, la bios, la psique y la zoé.
Flaco favor le hace a Chávez esta idiota. Idiota en tanto mujer y en tanto católica, dos conceptos que unidos --mujer católica-- forman un genuino oxímoron.
El caso es que me mantuve atento todo el tiempo que dura el video, contando el número de veces que dice "PRESPECTIVAS": 21 veces.
¡Veintiuna veces reprite "prespectivas", vocalizando bien, para que se la entienda: "prespectivas"!
Al fin he llegado a la conclusión de que este vocablo es nuevo para ella, pues no aparece ni en el Antiguo Testamente ni el Nuevo, esos dos libros apócrifos que recojen distintas leyendas espúreas y las mezclan, sin tener más cuidado que el de no incorporar la de Caperucita Roja. Y es evidente que esta monja sólo compagina estos libros con la Biblia y algunos otros tratados homeopáticos por los que la dieron el título de doctora, donde tampoco aparece el vocablo en cuestión.
O sea que la monja carece de PERSPECTIVA. O dicho de otro modo, sólo tiene la PERSPECTIVA que dan los grandes ríos de leche y miel que esperan a los bobos judíos, musulmanes y cristianos, en el paraíso.
Quizás algún macho alfa superior, de esos que pacen en el Vaticano, debía corregir a su subordinada antes de que grabe su siguiente video en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo:  "Pers", no "pres", querida sor.

viernes, 9 de septiembre de 2011

La blasfemia del sentido común.


Quienes dicen apoyarse en la fe es que renunciaron al sentido común. Las ofensas a los dioses no deben siquiera mencionarse en el Código Penal. No obstante España, país sumiso, desde los tiempos de la dictadura, al dictamen del Vaticano, cuenta con un artículo -el 525- que castiga la blasfemia con pena de multa de 8 hasta 12 meses. O sea, me puedo cagar en tu madre, pero no en tu dios. O lo que es lo mismo: nuestros legisladores son frustrados teólogos.
Transcribo noticia del día 21/11/2010: Las ofensas a Dios no pueden regularse en el Código Penal y, menos, castigarse con la muerte
"La Organización de la Conferencia Islámica (OCI) intenta que Naciones Unidas se pronuncie a favor de legislar contra la blasfemia con ocasión de la reunión del Tercer Comité de la Asamblea General especializado en las cuestiones sociales, humanitarias y religiosas. Aunque se trata de una solicitud rutinaria de la OCI desde 1999, en esta ocasión resulta particularmente inoportuna: sobre una cristiana paquistaní, Asia Bibi, pesa una condena a muerte por haber presuntamente criticado al profeta Mahoma.
El debate en Naciones Unidas puede transmitir el equívoco mensaje de que la aplicación de la pena capital es una cuestión controvertida internacionalmente cuando la creencia religiosa está por medio. Ni existe ni debería existir controversia alguna: la pena de muerte es execrable en toda circunstancia, también cuando se dicta por lo que no es, en el fondo, más que el ejercicio de la libertad de opinión. Mejor harían la OCI y la Asamblea General solicitando la conmutación de la pena dictada contra Asia Bibi.
Incluir la blasfemia en el catálogo de los tipos penales equivale a confundir el papel de los legisladores y los jueces con el de los teólogos y los inquisidores. Porque son estos, y no los encargados de administrar la justicia humana, quienes guardan celosamente el criterio sobre el que se decide cuándo se ofende a Dios y cuándo no. Y por bien fundado que pueda estar este criterio de acuerdo con una determinada creencia religiosa, no deja de ser eso, un criterio, no una verdad inamovible a la que deban plegarse todas las libertades, incluida la de abrazar una fe u otra, o no abrazar ninguna.
Quienes defienden que los códigos penales deberían contemplar un castigo contra la blasfemia, y que no se encuentran solo en las filas del islam sino también en las de todos los monoteísmos, creen haber encontrado un medio para conjurar la imperfección de las leyes humanas. En contra de lo que imaginan, regulando la blasfemia no harían leyes más perfectas, sino más crueles. Sobre todo si el castigo que se impone es el de la pena capital. En el siglo XVI, Sebastian Castellio defendió que matar a un ser humano no es defender una doctrina, sino matar a un ser humano. Resulta descorazonador que cinco siglos después haya que seguir invocando aquella máxima luminosa en Naciones Unidas, mientras una mujer aguarda ser ejecutada en Pakistán."

miércoles, 16 de febrero de 2011

Humillante postración


¡Oh tú, ciudadana libre de un estado laico al que tus gobernantes humillan sistemáticamente, grita!
La libertad y la igualdad deben tributo a la inteligencia y a la razón. Jamás han de postrarse ante arcaicas prerrogativas irracionales, como son religión y monarquía.
Ante esta foto de agencia que tomo prestada (y esta vez no manipulo) siento ganas de llorar de rabia y de impotencia: he ahí a un alto representante político del laico y democrático estado español, besando la mano de un hombre disfrazado de blanco y rojo, que dice ser infalible y hablar en nombre de un dios inventado que desprecia a las mujeres.
Y para colmo, tras ellos, adornando la escena, un rey borbón que proclama su catolicismo en vez de esconderlo por respeto a sus súbditos laicos, ateos, mormones, evangelistas, protestantes, musulmanes, judíos, etc.
Cuando España era un país tiranizado esta foto hubiera pasado desapercibida por rutinaria. Pero hoy España es un estado laico, de ahí la vergüenza que produce ver al mismísimo Presidente de las Cortes Españolas postrado, ante la cursi bobería del gran chamán del Vaticano.
Los ciudadanos tienen aquí a su representante más servil, sometido, irracional e indigno. Este individuo que se humilla ante un jefe de estado antidemocrático y misógino, se llama Bono y parece no haber leído la Constitución que le es de obligado cumplimiento, donde los españoles dejaron bien escrito que este pais es laico. Irracional político, como tantos otros actuales, que antepone su ñoña circunstancia personal al bien público, demostrando absoluta ceguera profesional, además de una evidente falta de raciocinio.
¿Son estos Bonos y similares, representantes de la ciudadanía, los encargados de separar definitivamente la religión del Estado? Est tout simplement inaceptable.
¡Oh tú, ciudadano libre de un estado laico al que tus gobernantes humillan sistemáticamente, grita conmigo: Vive La France!
Ah, mis queridas amigas españolas, llamadme cuando la pesadilla termine. Ahora regreso a la hermosa casa de la calle Turnelles, en el Marais, donde mis antepasados amaron a Voltaire.

domingo, 9 de enero de 2011

La Crisis: una obra de arte


La actual crisis económica ha destruido muchas cosas, pero la primera de ellas es un refrán que hasta ahora estaba en vigor: "el que rompe, paga". A partir de ahora, a los codiciosos canallas banqueros que han originado el desastre, se les aplicará un refrán light que dice "ustedes se lo han llevado crudo, pero ni se molesten en devolverlo, para eso están los gobiernos".
O bien: Ustedes, que son pocos, han robado toda la pasta y, aunque no la necesitan, se la quedan. Para que el modelo capitalista siga funcionando, nosotros, que somos muchos y pobres, repondremos el botín. Nos llevará un tiempo juntar de nuevo toda la plata y además sufriremos las consecuencias de la recesión, pero lo importante es que ustedes no se molesten y acepten esperar ese tiempito antes de volver a robarnos.
La explicación que los gobiernos dan a los ciudadanos es tan abrupta y farragosa como el parche moral con que cada político explica su repentina ceguera.
Es curioso en lo que ha derivado el papel del político: actualmente lo elige el pueblo para que sirva al poderoso -¿o era así desde el principio?-
Véase un ejemplo de discurso político comprometido: "Las grandes crisis exigen grandes decisiones; tomar grades decisiones es estar a la altura de los tiempos de crisis". Cuando lo escuché creí que todos los gobiernos occidentales iban a nacionalizar la banca y a pedir responsabilidades a los dirigentes y altos ejecutivos causantes del desfalco. Pero no, se trataba justamente de lo contrario, de volcar millones en el agujero producido por los bancos y a la vez castigar al ciudadano imponiendo nuevos impuestos, nuevos sacrificios sociales.
La jugada es un obra de arte, de las llamadas de ingeniería financiera, además de un crimen contra la decencia y la solidaridad, aunque esto pertenece a la moral... y el arte, en sí mismo, no tiene moral. (La moral es patrimonio del artista, quien en este caso la hipotecó con toda certeza).
El resultado de esta histórica performance es que los chorizos se van de rositas y además aseguran con nuestro dinero sus futuros incentivos anuales, sus sueldazos a escala 2000:1 y sus interplanetarias jubilaciones. Ellos son los actuales héroes de la mitología griega, nosotros seguimos siendo los mortales, los parias, los gilipollas.
Somos los responsables de haber modificado el refrán, perdiendo en el cambio parte de nuestra dignidad.

sábado, 8 de enero de 2011

Los siete reyes magos


Hoy he vuelto a sentir cómo el tiempo pasa a mi lado de manera indiferente y apenas me roza el lomo, mamona -me dice-, cabeza de cabra, terca, inútil, antisocial, malparida.
Los reyes Magos ya vienen, ya vienen, ya vienen, montando a tres famélicos camellos, el seis de enero, a quién se le ocurriría semejante día del calendario para siete reyes, o diez mil, reducidos sólo a tres por el capricho de algún fildeputa designio colectivo.
Una consecuencia más del irredento miedo tribal a la muerte, pasado por el tamiz vergonzante del intermediario cabrón que traduce, para el ignorante, el mandato de los dioses. Digamos que fueron tres los reyes magos, vale, pues tres, Melchor, Gaspar y Baltasar, machotes los tres, pongamos que uno negro, bajo una estrella inventada, sobre un recinto inventado, con un Jesús inventado, y una virgen inventada, y una biblia inventada, y un dios inventado, bajo un totum inventado desde el más alucinado subproducto colectivo, que acaba convertido en multinacional sedente vaticana, con calidad de Estado por gentileza de Mussolini; con facultad de oyente en Naciones Unidas y con la desfachatez universal de hacer oídos sordos a la declaración de los Derechos Humanos de 1948.
Qué bonito, qué bonito, qué bonito.
Cuánto disfrutan los niños con esta cosa chocha  y misógina de los reyes magos, a la que papá y mamá prestan su imagen y semejanza y aportan lucecitas, misterio y engaño, poniendo fronteras entre lo que será cierto como la luz del día y lo que será misterio como la luz de la noche.
Con el tiempo, los melchores y gaspares y baltasares devienen burda tomadura de pelo, frente a la arrogante verdad de las virgencitas marías, los sanjoseses, los niños jesuses, y el dios trino, más el amor que les es debido so pena de fuego eterno.
En el mismo flato mental se establece por designio infalible la existencia de Dios junto a la inexistencia del rey Melchor o del Ratoncito Pérez. Dios es dios, en tanto Melchor y el Ratoncito son los padres. Sería lo mismo al revés, pues todo es parte del mismo atropello, ¿pero quién se lo explica a los padres?
Qué espanto, qué espanto, qué espanto.
Hijoputa el que predica y cagón el político que consiente. Y tontos, muy tontos, esa caterva de sumisos a los que basta con un sueldo al mes y un único libro apócrifo, evangelio recitado militarmente durante la infancia de leche.
¡Qué sociedad tan boba!
Y yo en el medio. Esperando todavía hoy la llegada de mis semejantes, los ateos.